Es un viernes, de primeros de noviembre, la ciudad está tan cogestionada,
las personas eléctricas, porque han cobrado su sueldo y porque en menos
de nada es diciembre, y viene la inevitable ola de gastos, una ola que
no se puede rehuir, porque diciembre representa es eso… gastos!La ciudad pobre en vitalidad y rutinaria, a primeros de mes se vuelve la gran manzana neoyorquina, la gente quiere dejar los problemas de lado, aunque sea por un rato, porque tal y como está la crisis, las cuatro monedas del sueldo se escapan entre las manos… en un abrir y cerrar de ojos.

Es cierto que en un par de días la gente volverá a tener las caras largas y el ánimo enojado, porque el dinero se los ha llevado las insufribles facturas, pero hoy viernes primeros de mes, con un otoño que parece verano por el calor, la gente aunque sea, hace lo que puede por buscar una felicidad efímera y evadir el tedio, el aburrimiento y la monotonía en sus vidas; para luego tomar algo de fuerzas y proseguir con el vacío gris que representa la ciudad y sus trabajos tediosos.
Esta ciudad soporífera, ahogada en el olvido por sus propios gobernantes, donde pisar sus calles representa caer en el desaliento más fuerte, ve un poco de alegría en sus terrazas, calles y comercios a principios de cada mes. Pero especialmente hoy viernes a pocas semanas de navidad, se encuentra tan convulsionada, que parece mentira que los demás días sea tan hostil.
Además del jolgorio
citadino, sucedió algo totalmente deplorable, contrapuesto y antagónico
al ambiente festivo circundante. Resulta, que un pobre hombre, supongo
padre de familia agobiado y sin dinero, estando en el supermercado,
llenó a tope el carro de la compra, y salió corriendo del supermercado
sin pagar; es muy contrapuesto todo esto, al ambiente alegre. Mientras
unos, sienten un poco de alivio por cobrar, por trabajar; otros menos
afortunados y sin comida en la nevera, tienen que llegar a los extremos
de asaltar un supermercado. Lástima que la jugada no fue exitosa, porque
el carrito quedó a medio camino, ¿Las reacciones?? Diversas. Las
personas muchas veces cuando tienen la seguridad de un sueldo, en
ocasiones suelen juzgar y
señalar a los menos favorecidos por la vida. No se detienen a pensar en
la angustia de ese ser, que seguramente pasaría toda una noche sacando
las fuerzas para tal determinación. No está demás ponerse por momentos
en el lugar de los menos favorecidos, y ampliar de ese modo el espíritu. 
La ciudad tiene muchas caras este viernes, está muy suscitada; la ciudad está llena de muchas vidas, vítores y muchos sufrimientos por no poder alimentar a un hijo, por no poder pagar la luz y por no poder encontrar un trabajo que permita sobrevivir. La ciudad con sus antiguas calles y edificios no ayuda para nada al resurgir de sus habitantes, por ello se ha vuelto deprimida, fría e inútil. Queda patente que compensaría que existieran más viernes de principio de noviembre y con un otoño que parezca verano.