¿Quién no muere por la leche condensada? Desde muy pequeña fue mi dulce preferido del mundo, lo comía con pan, galletas, sola, bien fría del refrigerador. Confieso que adoro la leche condensada.
De niña siempre sentí curiosidad por saber cómo se preparaba, así que en momentos de ocio, tomaba dos buenas cucharadas de leche en polvo en una taza y le agregaba una de azúcar más unas dos cucharadas de agua, lo batía muy bien y listo, era muy apetitosa la mezcla, pero no quedaba como la leche condensada de bote. Con el tiempo he investigado como se prepara y la verdad es que esta receta es lo más parecida a una leche condensada no industrial, espero os guste!!
Necesitarás:
- Una cucharada grande y rasa de mantequilla con sal
- Una cucharada grande de Vainilla
- Dos tazas y media de leche en polvo no de fórmula.
- dos tazas y media de azúcar
- Taza y media de agua
Preparación:
Vamos a colocar en una olla el agua y el azúcar y lo vamos a cocinar durante 5 minutos a fuego medio hasta que el azúcar se derrita por completo, retiramos del fuego y dejaremos reposar durante unos diez minutos.
Seguidamente vamos con la batidora, a mezclar la leche, la vainilla y la mantequilla. Cuando esté perfectamente mezclado y cremoso le agregamos el agua caliente con el azúcar fundida y volveremos a batir hasta que todos los ingredientes se unifiquen bien.
Finalmente cocinamos a fuego mínimo removiendo hasta conseguir una textura muy condensada.

Espero os guste y disfrutéis, es una receta muy económica y funciona para preparar cualquier postre que requiera leche condensada.
