La Semana Santa es el tiempo litúrgico más importante de todo el año. Pero para muchos católicos es más bien un periodo de asueto y esparcimiento. Dando paso al olvido de lo que realmente significa. La semana Santa debería ser para orar, honrar los diez mandamientos y meditar sobre los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret.


Entender por qué murió y resucitó Cristo es lo esencial en los días de Semana Santa, representa alabar y resucitar en nuestro espíritu su entrega a la muerte por amor a nosotros y la importancia que tiene su resurrección, que es el comienzo de la de nosotros. Semana Santa fue la última semana que vivió Cristo aquí en la tierra, y su resurrección nos hace tener presente que fuimos hechos para vivir siempre en la fe Dios.
La Semana Santa, es para otorgarle a Dios un grado superlativo e interesarse en todas las celebraciones lógicas de este período litúrgico. Aunque resulte aburrido, que no debería, deberiamos todos los días de esta semana, tener momentos de reflexión y visitar también la iglesia que tengamos más cerca de casa.

La Semana Santa o Semana Mayor comienza con el domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua. La Semana Santa está antecedida por la cuaresma que significa el tiempo de preparación, donde se conmemora los cuarenta días de Cristo en el desierto. Las conmemoraciones de la Semana Santa son los días Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección
La Semana Santa significa cortejar a Jesús con el rezo, la plegaria, el sacrificio y la contrición de nuestros pecados.

En Semana Santa, los católicos deben participar en numerosos eventos convocados por la iglesia como por ejemplo las procesiones, y el viernes Santo, los fieles deben guardar ayuno e inhibirse de comer carne. No se debe comer carne porque la iglesia católica señala que la carne roja representa el cuerpo de Cristo crucificado, así que ese día se debe suplantar la carne por el pescado para obedecer o hecerle honor a las Sagradas Escrituras.
