El desayuno es la comida más importante del día. En ciertas culturas el desayuno es la principal comida, tanto por la cantidad de alimentos tomada, como por su función social ya que implica comenzar el día con toda la familia reunida y al mismo tiempo sirve también, para juntos organizar la larga jornada que nos espera.
En un estudio realizado recientemente, entre más de mil padres y madres con hijos con edades comprendidas entre 6 y 12 años, se ha llegado a la conclusión de que el 93% de los niños desayunan inadecuadamente. Lo más importante a destacar, es que más de la mitad de estos niños deciden solos lo que van a desayunar, sin la ayuda de sus padres, por lo que queda claro que muy pocos toman fruta, y acentúan el consumo de bollería.
Causa impacto sobre todo el hecho de que el cuarenta porciento de los padres, no tienen conciencia de la importancia y lo que constituye un desayuno completo y adecuado. Un desayuno correcto debería estar compuesto por cereales integrales con miel, frutos secos, pan, tostadas con mantequilla, yogurt con frutas, leche, café o infusiones y zumos naturales sin azúcar. Hay que destacar las recomendaciones que van según la edad, es decir, un niño tiene que desayunar más cantidad de calcio (importante para el crecimiento) y alimentos de alto contenido energético. Tomar también alimentos que aporten gran cantidad de energía, ya que los niños lo usan y gastan durante el día con sus estudios y variados juegos y deportes.
Es sumamente importante desayunar con alimentos que aporten energías ya que nuestro cuerpo necesita después de un descanso una reactivación, esta reactivación energética es gracias al aporte de nutrientes en el desayuno. Es por ello que debe ser nutrido y suficiente el desayuno. Cuando el desayuno es completo y adecuado, podemos pasar cuatro o cinco horas sin comer y nos sentimos con buena energía y mejor ánimo ya que estamos evitando la hipoglucemia. De lo contrario, cuando solamente desayunamos café acompañado de alguna bollería, no sentimos satisfacción y energía, por lo cual a media mañana el cuerpo se siente cansado y ansioso por tomar algo dulce y con muy poca concentración. Y al cabo de dos o tres horas necesitamos tomar compulsivamente algo dulce ya que el cerebro necesita glucosa urgentemente.
Los especialistas que han estudiado la importancia del desayuno, alegan que cuando no se desayuna, estamos mal humor, nos encontramos sumamente agotados y sin ganas de hacer nada, y como tenemos un desgaste mayor de energía nos produce obesidad, porque cuando sentimos hambre lo hacemos en exceso, ya que nuestro organismo tiene apetito y no quema energía sino que la acumula convirtiéndose en tejido adiposo.
No hay que restarle importancia a lo que le aportará el rendimiento necesario a nuestro organismo y cerebro. Desayunar es el mejor regalo que podemos ofrecerle al cuerpo y lo que permitirá un buen comienzo de un largo día de actividades.
