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| El señor pinta coches |
Aquel señor, parecía que no tenía otra vida, todos los días excepto los domingos, se escuchaba aquel golpe profundo, cuando llegaba al taller de pintura de coches. Tenía un horario tan estricto que nunca lo variaba siempre llegaba exactamente a la misma hora, ni un minuto más, ni uno menos. La monotonía de su vida asombraba, porque no parecía que en su existencia hubiese cabida para nada extraordinario ni otras cosas distintas a su trabajo, era simplemente su trabajo y nada más.
Un día de verano muy caluroso, me quedé sorprendida porque no escuché el golpe mañanero en el suelo, de cuando llegaba el señor pinta coches y abría su taller. Resulta que fue un milagro, el señor pinta coches no había abierto, supuse que estaría enfermo, o no fue por las altas temperaturas de ese día, era muy extraño la verdad.
Siempre que lo veía llegar por la mañana me preguntaba por la vida del señor pinta coches, porque no parecía que tuviera descendencia y esposa, su vida era pintar coches y nada más.
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| sanrossblogs |
Hacía el mismo recorrido diariamente, caminaba los mismos metros en el cuadrado de aquel minúsculo taller. Me resultaba abrumador pensar en una vida así, porque parecía un castigo impuesto por el propio señor pinta coches para consigo mismo. Todos y cada uno de sus días los dedicaba a pintar coches, a abrir la puerta del taller y cerrarla, además aparcaba su coche en el mismo lugar, absolutamente todos los días, era una persona con una rutina tan única y marcada que incomodaba mentalmente, además causaba lástima imaginar una vida así, sin emociones y vivencias. Porque supongo que, al llegar a casa, lo único que desearía sería una ducha e irse a la cama para descansar.
Quizás cuando joven vivió tanto, que ya en su edad madura, no necesitaba más, solo su taller, los coches y la pintura. Alguna vez lo saludé, y él muy cortésmente me respondió con una voz muy imponente para la altura que tenía, más o menos 1,60 metros.
La verdad es que el señor pintor de coches resultaba un enigma en todos los sentidos, porque al observarlo desde mi balcón, podía imaginar mil historias sobre él, sus canas y su rutina me despertaban infinidad de incógnitas.
Una mañana, a eso de las 10, percibo un movimiento importante en el taller, resulta que estaban desmontando todo el taller, pero lo más extraño es que el señor pintor de coches no estaba por allí, no se veía por ningún lado, pensé lo peor, será que había muerto repentinamente, todo era un verdadero misterio.
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| Blog de Sandra Rossi |
Con el transcurrir de los días y ya estando el local totalmente vacío, vi pasar por el frente del taller, el coche del señor pinta coches, sabía que era el suyo, porque era un deportivo de dos puertas color verde manzana, con una gran pegatina de un ángel azul en el vidrio trasero, era un coche bastante moderno y singular para un señor de unos 75 años, pero si lo analizo, todo era peculiar en este personaje misterioso. La ventanilla del lado del conductor estaba subida, no pude ver quien conducía y fue lastimoso.
Nunca más supe del señor pinta coches, nunca me crucé con él por la ciudad, no supe nada de él. Al día de hoy, es una incógnita la vida de este ser tan rutinario y solitario, con cara de no pensar en nada más que en los colores de los coches que tenía que cambiarle el color.
El golpe en el suelo a las nueve de la mañana, desapareció para siempre y con él, el señor pinta coches.
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