Es duro ser mujer en una sociedad tan machista. La sensación de sentirse dominada, aletargada moralmente, con un paredón enorme frente a los ojos que te muestra lo imposible que es traspasarlo por los nefastos y cómodos pensamientos machistas. La cuerda esa, con nudos terribles de opresión falócrata se debe ir soltando poco a poco, a un buen paso, porque el siglo en el que estamos viviendo así lo exige.

El machismo se está devaluando vertiginosamente, llegará un punto en el que estará en desuso y el que promulgue y lo practique, estará fuera de moda (hablando frívolamente) o peor aún, cometiendo una infracción contra la ley, a ese punto debemos llegar.
Respecto al machismo dentro del núcleo del matrimonio, no se deben confundir tantas cosas en él, debe imperar el respeto, igualdad, amor y lealtad. Obviamente también muchas más cosas, pero estas son primordiales… vivir en un compromiso mutuo.

Cuando te casas no compras un objeto para que sea de tú propiedad, no te casas con una cocinera, limpiadora, meretriz, un vientre portador de bebés, una psicóloga o alguien sin cerebro, con ausencia de cansancio, de sentimientos, ambición o autoestima.
¿Debes soportar que todos los días él te diga alguna crítica sobre la comida que preparas con amor y detalle, mientras atiendes miles de tareas más? Eso no se digiere fácil cuando tratas siempre de elaborar los platos a su gusto…
Realmente es duro, porque sencillamente no se muestra un ápice de consideración y agradecimiento. Como mujer en esta sociedad machista, diseñada para que el hombre tenga siempre ventajas sobre la mujer en todos los aspectos, visualizo con mucho rechazo muchas desventajas reales hacia la mujer, el androcentrismo marcado en esta humanidad del siglo 21 debe erradicarse para siempre, y todos gozar de una sociedad en equilibrio, que exista equidad tanto en los derechos de la mujer como también en el de los hombres.

El hombre exige desmesuradamente y la mujer básicamente está para complacer, bajar la cabeza y hacer para él. El hombre puede estar horas perdiendo el tiempo en un bar luego de salir del trabajo y si la mujer lo hace es una irresponsable perdida, tanto para la sociedad, como para las propias mujeres y obviamente para el marido. El problemón en casa será enorme… la mujer se hizo para el hogar, y si trabaja en la calle también debe tener su techo perfecto.

Los abusos del hombre en la sociedad actual, en las leyes y en el hogar deben expirar, para que las nuevas generaciones sean dueños de una mente y una cultura abierta y respetuosa hacia la figura femenina.
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