Adorado paito, tanto tiempo sin escuchar tú voz. Son 84 años con los que cuentas ya…un 17 de enero naciste, para alegría del mundo y para la suerte mía propia. De 1927 al 2011 son muchos los cambios en el mundo que has vivido, y han sido muchas las cosas que has visto buenas, bonitas, regulares y malas. Sólo le pido a Dios de regalo especial de cumpleaños, y desde lo más profundo de mi corazón, que te conceda muchos años más de vida y salud, porque te lo mereces y porque además eres imprescindible en mi vida, es importante saber que está. Un ser único que me ha dado mi existencia. Paito, quisiera estar a su lado y solo Dios sabe que este deseo es auténtico y mis sentimientos son legítimos desde siempre. Siento desde mi infancia, que también en mi otra vida eras mi padre, posiblemente hemos recorrido mucho, y es por ello que no escapas de mi mente y de mís oraciones, ni aún en sueños, porque en ellos te miro fijamente a los ojos y puedo contemplar hasta la pupila de tus verdes ojos.
En muchos momentos lloro cuando viajo al pasado recordando todos mis momentos al lado de usted. Emanaba tanto amor y protección, que me hacía sentir tan pletórica de emoción y colmada de una inmensa tranquilidad, esas sensaciones que solo la transmite la energía de un padre, de un progenitor; la ciencia así lo demuestra. Perdóneme por tantos años físicamente lejos de usted, perdóneme por todas las tristezas en su alma provocadas por mi, no ha sido mi intención. Jamás pensé que esto sucedería, pero hay planes, decisiones, proyectos… que no han salido como los he calculado; muchas veces dejar el nido que representa el hogar y la protección de la niñez, para luego entrar de lleno en el mundo de los adultos, resulta caótico; y por lo tanto, los planes en mente se suscitan de manera contraria.
Adorado paito, sólo quisiera decirle que anhelo darle un abrazo tan profundo e infinito que suplante todos estos años de ausencia física. Me apetece hablar durante horas interminables y contarle y explicarle todas mis experiencias y travesías de mi vida adulta. Deseo ver y disfrutar caer su bendición sobre mis niños, sus nietos... Siempre dibujo ese momento en mis sueños, se que pronto se cumplirá. Hay ciertas cosas que cambiaría de mis vivencias y la más importante es borrar esos 10 años sin verle. Perdóneme!

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