En estos días por la noche estaba viendo una película después de un largo día de trabajo y obligaciones diarias, confieso que adoro ver pelis, soy cinéfila perdida. La cuestión es que la peli iba de temas de divorcio y de quién se queda la casa, los hijos, que si esto es mío, que si lo otro también, etc. Y me pareció terrible que una pareja, que en su momento de ensueños y conquista, quiso construir tantas cosas juntos y llegar tan lejos en la vida, lleguen a ese punto de no retorno y odio, de prácticamente no conocerse y sin sentir nada mutuamente.
Pelear
por lo material que tanto cuesta obtener en la vida, es lo que casi
siempre queda después de un divorcio, y que muchas veces es una arma de
lucha en esa batalla, una excusa para discutir y obsesionarse con ganar,
el orgullo es terrible en etapas así y juega un papel importante y
decisivo en las acciones a tomar.Pero en realidad, una de las cosas que me impactó de la peli, fue una frase que dijo el protagonista y era la siguiente: “Todo es mío, lo he comprado yo”. Y partiendo de esa premisa y si utilizo la lógica masculina herida por el divorcio y guiada por el orgullo, tendría razón, porque todo lo material lo ha comprado él, las facturas están a su nombre, los coches a su nombre, los seguros a su nombre, y así pare de contar. Pero resulta que este sujeto egoísta se le olvida que todo eso ha sido su aporte, su inversión a la empresa que formó con su ex mujer…
Es
terrible pensar que lo material es más importante que toda la historia
vivida juntos, y más valioso que todo el esfuerzo físico y mental que
aportó la mujer al matrimonio, esa mujer que ha sido la columna
vertebral de esa sociedad, llevó las cuentas, cada día limpió toda la
casa, e hizo la colada, planchó kilos de ropa, fue enfermera de sus
hijos hasta la tantas de la madrugada, fue una chef grandiosa cada día,
fue el paño de lágrimas y psicóloga
del marido, fue una gran amante, jardinera, y manitas para todo lo que
se presentara en casa, fue la chófer de sus hijos día a día, y trajo al
mundo las tres joyas más preciadas y valiosas que unirá a ese ex
matrimonio para siempre… Sus tres hijos.No estoy victimizando a la mujer, ni estoy colocándole la etiqueta de inútil o héroe a un hombre que no valora todo el trabajo que ha realizado su ex mujer, y todo gratuitamente, sin ganar dinero en metálico por tantas horas de dedicación. ¿Por esa razón el desea quitarle todo? Es triste e injusto.
Es evidente que en cada matrimonio,
se llegan a acuerdos y conveniencias por el bienestar de la familia;
hay parejas que deciden que la mujer sea la que se quede en casa o
viceversa, y cuando es así ¡no se debe criticar ni señalar! El hombre
también puede permanecer en casa y hacer los oficios mientras la mujer
trae el sustento, me parece formidable; son pactos…Sé que muchos hombres de este planeta piensan de modo absurdo y machista, como también sé que muchas mujeres se valen de recursos para aplastar y dejar en la calle a su ex; pero la realidad es que existen leyes que amparan y resguardan a las personas de las injusticias, y casos así se deben mirar con lupa.

Cuando la mujer también trabaja en la calle, o tiene despacho en casa y aporta dinero ¿de qué tamaño sería entonces el ego del hombre? ¿Pelearía con el mismo afán por los bienes materiales en común? No soy feminista, ciega ni injusta; debe existir lógica y equilibrio en estos temas, cada vez más en boga en los medios de información y redes sociales; pero es verdad que en esta sociedad, el esfuerzo y trabajo de la mujer está muy infravalorado y eso debe cambiar.
El hombre está apto, para también realizar las labores del hogar si se requiere, ya no vale ampararse en el “slogan”
de que eso es únicamente para chicas, la sociedad va evolucionando, y
si una mujer trabaja en casa y aporta dinero al hogar, también está
demostrando mucha fuerza física y mental, que realmente es lo que
diferencia al hombre de la mujer de sus capacidades… “La fuerza física”.En resumidas cuentas, debemos flexibilizarnos, y dejar que la evolución sea parte de nuestro crecimiento como sociedad, el machismo está en desuso, ya no se lleva, no está de moda y debe extinguirse para siempre, porque nada bueno aporta a la humanidad.

El machismo se ha inventado, para comodidad del hombre y sobre todo para que tenga ventaja en todo los temas sobre la mujer y el manejo del mundo; en el trabajo con sueldos más altos, en el hogar para evadir esas labores que son “para mujeres” y que solo “saben hacer bien las mujeres”. Es vergonzoso que en muchos trabajos, en el cual el hombre realiza la misma jornada que una mujer, sea él quien gane más dinero con diferencia.
Existen roles, sí, pero no hay que encasillar, ni menospreciar; y las ultra feministas, también deben razonar un poco y no exagerar en sus reclamos, porque actuando de ese modo se pierde mucho, el trabajo es de parte y parte y hay mucho que corregir en sus acciones y llamamientos.

Parece mentira que una simple frase de una película me llevara a reflexionar tanto, me amplió la visión de lo que pienso y afianzó mucho mis creencias respecto a este tema, la verdad y como mujer me dejó atónita.
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