Es un
alimento pre-colombino, los aztecas y los mayas adoraban estas
pequeñas semillas y lo usaban como alimento. Es lo último que se ha descubierto
para adelgazar naturalmente ya que contiene altísimos valores
nutricionales y propiedades medicinales, además de un valioso contenido de
fibras solubles e insolubles. Las fibras solubles son aquellas que nos ayuda a
absorber agua y por lo tanto nos regala saciedad y nos reduce el apetito,
retarda la liberación de glucosa hacia la corriente sanguínea y de esta manera
controlamos los antojos. La fibra insoluble cumple la función de eliminar las
substancias tóxicas del cuerpo. Ya que es fácil de digerir. La chía como
contiene fibra, regula el transito intestinal. A partir de estos mecanismos las
semillas de CHÍA nos permite adelgazar. Lo podemos conseguir en cualquier
herboristería y es económico.
La chía es
genial para nuestro cerebro porque nos aporta fósforo, ayuda al sistema
inmunológico, reforzándolo y alejándonos de los resfriados y constipados,
contiene además altos niveles de selenio (excelentes niveles de antioxidantes)
y esto resulta muy favorecedor para darle luminosidad a nuestra piel. La chía
de igual manera nos aporta mucha vitalidad porque contiene un alto aporte de
hierro, calcio potasio, y magnesio.
Contiene
cinco veces más calcio que la leche, por lo tanto refuerza los dientes y huesos
y ayuda a acelerar el metabolismo. Contiene proteínas, y la proteína nos ayuda
a sacar musculo.
Las semillas
de chía contienen un valioso contenido de omega 3. El omega 3 reduce los
niveles de insulina. La insulina almacena las grasas en lugar de usarlas como
energía, si tenemos niveles bajos de insulina el cuerpo usa esa grasa como
energía en lugar de almacenarlas, por lo tanto esas grasas almacenadas, el
cuerpo las quema. El contenido de omega 3 que poseen las semillas de chía, es
ideal para prevenir enfermedades coronarias y accidentes cerebro-vasculares,
reduciendo de esta manera los niveles de colesterol y triglicéridos y mejorando
a su vez la elasticidad de los vasos sanguíneos e impidiendo la acumulación de
grasa en las paredes arteriales.
Las semillas
de chía, prácticamente no poseen sabor alguno, y podemos usarlas de la
siguiente manera; agregándole una cucharada al yogurt y removiendo. Podemos
utilizarlas con la ensalada añadiéndole una cucharada, podemos hacer batidos
con fruta y las semillas de chía. Siempre usaremos una cucharada. Por ejemplo
si tenemos la buena costumbre de beber litro y medio de agua al día, a la
botella le añadiremos una cucharada de chía y lo batimos.
En conclusión,
las semillas de chía podemos consumirlas con las comidas y le estaremos
regalando al cuerpo vitalidad y salud.
