El salmo 23 es un salmo, que espiritualmente ayuda mucho, ofrece fortaleza, y es uno de los más interpretados y orados a lo largo de los siglos, tanto por la tradición judía como por la cristiana. En momentos de tribulación y tristeza el salmo 23, resulta un baño de paz para nuestro espíritu, lo recomiendo.
El Señor es mi
pastor, nada me falta.
En prados de hierba
fresca me hace reposar,
me conduce junto a
fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
Me guía por el camino
justo,
haciendo honor a su
Nombre.
Aunque pase por un
valle tenebroso,
ningún mal temeré,
porque Tú estás
conmigo.
Tu vara y tu cayado
me dan seguridad.
Me preparas un
banquete
en frente de mis
enemigos,
perfumas con ungüento
mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu amor y tu bondad
me acompañan
todos los días de mi
vida;
y habitaré en la casa
del Señor
