
LLEGARON EN PRIMAVERA (mamá habla con Santi)
El 20 de mayo y el 30 de abril, fechas que representan cambios. La primavera es la estación de la año más cerca del verano, dejamos atrás el frío invierno y nos preparamos para recibir el verano, la época de playa, de calor, de disfrutar estar al aire libre y en contacto directo con la naturaleza.
Tú llagaste un 20 de mayo en plena primavera, te llamamos Santi, eras tan redondito y serio cuando te vi por primera vez que esa primogénita imagen jamás se borrará de mi mente, así pasen muchos años. Desde ese momento cambió mi vida para siempre. Tú olor era tan suave y agradable, un aroma que no había percibido nunca antes, era solo tuyo.
Cuando naciste lloraste tan fuerte que tú llanto era el único que se escuchaba en el hospital, parecía mentira que ese llanto lo producía mi hijo, lo hacías tú. Te llevaron corriendo a lavarte el estómago porque habías comido meconio, y te trajeron a mis brazos mucho rato después.
Tenías una melenita tan pero tan negra y poblada, que me preguntaba de donde había salido. Además eras tan rojito que la verdad no te me parecías a ninguno de los dos. No paré de vigilarte en la soledad de la sala de observación, estábamos solos tú y yo. Ese fue nuestro primer contacto, tardaban en traerte por lo que te conté hace rato, y me desesperaba no poderte ver ya. Por eso cuando estabas en mis brazos mi mirada se fijó en la tuya durante mucho rato. Rápido me viste… vi tus hermosos ojos angelicales. Eran tan pequeñitos y obscuros. Eras tú ya estabas aquí, para transformar nuestras vidas para siempre.
La verdad parecías mentira. Tenía la sensación de que llegaste de la nada, el día anterior no estabas y al siguiente si. ¿De dónde viniste ser maravilloso? ¡Que maravillosa es la vida!!! Te veía, te olía, te acariciaba con mi mejilla… y son sensaciones perdurables, que estarán allí eternamente, así tengas 30, 40 años…
Siempre serás ese bebé del primer día.
¿Sabes lo que pasa, cariño mío? Es que siempre me he sentido una hija tan sobreprotegida, que el echo de ahora ser yo, la que cuida y protege, se me hace muy grande, me hace sentir minúscula, me hace cuestionarme siempre si lo estoy haciendo bien o mal. Es una lucha constante…
Y a medida que creces, más mentira me parece que seas mío, que vengas de mí. Cada vez que me haces tantas preguntas, sólo tuyas. Que me recuerdas cuando yo tenía tú edad, esas curiosidades típicas de una personita que despierta a la vida, cada momento de su existencia. Saliste muy inteligente, artista, curioso y con la terquedad de mamá, que en muchos momentos me planteo, si será bueno o perjudicial para ti. Ya la vida nos lo responderá a los dos.
Y con la llegada de tú hermanito. El regalo más grande que te hemos podido dar, la vida no puede ser más perfecta. Cuando te lo dijimos pataleaste mucho, lloraste… y hoy en día es tú mayor alegría. Tu hermanito adorado, Kristian o “la fiera” como lo llamas cariñosamente porque lo cambia todo de lugar. Cuando mami se enteró de que Kristian venía en camino, le entró pánico porque sufría al pensar como te sentirías tú. Han sido muchos años, siendo tú el rey de la casa, el dueño de cada momento de nuestra vida. Y el pensar que te sentirías desplazado me aterraba. Pero la vida es muy sabia y perfecta y a medida que Kristian crecía dentro de mi tú lo aceptabas cada vez más, mejor no podía ser… querías verlo y le hablabas para que “saliera pronto”.
Y así fue llegó Kristian, no se sabe de dónde y el por qué, pero le ha dado a nuestras vidas una alegría infinita. A ti particularmente te ha transformado en hermano mayor, siempre serás el hermano mayor, el que lo guíe y lo ayude. Serán los mejores amigos, porque papi y mami velaremos para que eso sea así. Y porque alrededor de ustedes se respira amor auténtico de hermanos. Los únicos Marval Rossi existentes en la tierra.
El verlos corretear y reír por toda la casa, es una alegría indescriptible. Y vuelvo a pensar que los dos me parecen mentira, y que cada día de mi vida le pido y le pediré a dios que los cuide, proteja y conduzca por el mejor camino. Porque papá y mamá no soportaríamos que sufrierais. Como padres queremos evitarles dolor, calamidades y sufrimientos; pero esto es parte de la vida y por lógica ustedes no serán la excepción.
Ustedes son la perfección de la que habla Dios materializada, cada dedito, cada gesto, cada rulito, cada palabra nueva…me confirma que sois lo más fastuoso de nuestras vidas. Los mejores amaneceres y atardeceres que pueden admirar nuestros ojos. Y vuestras miradas son las más auténticas y cristalinas que existen, cada risa y cada caricia que nos regaláis representan el privilegio más grande…de la vida.
Este es el amor que puede traspasar cualquier barrera. Que no se te olvide nunca…
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