Tal y como nos circunda, maneja nuestra atención y envuelve la tecnología hoy en día, bien sea por las redes sociales, por ordenadores que parecen máquinas de la nasa o móviles que son prácticamente ordenadores de mano; llego a la conclusión y resulta pavoroso pensarlo, que nos estamos convirtiendo en autómatas de la tecnología, en muñecos dominados y controlados por las redes sociales, las app, los hashtags (Hash= Almohadilla - Tag= etiqueta),y sometidos por nuestros propios móviles.
Por alguna razón necesitamos el móvil u el ordenador hoy en día, no solamente para recibir o hacer llamadas, enviar o recibir mensajes; lo necesitamos para estar conectados a una realidad tecnológica que nos está abstrayendo de lo que significa coexistir, de las cosas simples de la vida, de observar al caminar por la calle, o prestar atentamente atención al conversar o estar en clases.
Sin darnos
cuenta este monstruo llamado tecnología, ya duerme con nosotros, come, nos
despierta, nos acompaña al lavabo, e incluso a la ducha. Nos lleva a
direcciones desconocidas y nos ubica en el lugar en que nos encontremos en
cualquier momento, gracias al gps.
¿Hasta dónde llegará ese poder de manejarnos y
quién lo detendrá? Seremos capaces nosotros mismos de frenarlo o controlarlo? ¿Nos crecerá el dedo índice más aún, o se desarrollará
el sentido auditivo en generaciones
futuras por el uso del móvil o el ordenador todo el tiempo? ¿Y a pesar de las
redes sociales existentes, y las que está por inventarse, seremos capaces de comunicarnos fluidamente sin teclados o
pantallas táctiles de por medio? ¿Seremos capaces de mirarnos a los ojos y
establecer una comunicación directa?
Hoy en día con solo tener una aplicación
instalada en el móvil, podemos consultar nuestra cuenta bancaria, jugar con
indeterminadas aplicaciones de diversión, o acceder a comprar cualquier cosa que nos
apetezca por internet, por más lejos que esté de nosotros, incluso podemos
estudiar a distancia de una ciudad a otra, o de un país a otro, consultar innumerables
conceptos, averiguar cualquier dirección que necesitemos, o ver un edificio en
una determinada calle de algún país.
Es un mundo fabuloso y justamente allí es donde radica el arma de doble filo, el encantamiento envolvente de la tecnología, porque al final nos estamos dejando la vida en el ciber espacio, estamos autorizando, a que nuestros datos, contraseñas, direcciones queden guardadas en páginas y aplicaciones, etc, y desde ese punto de vista, nos estamos convirtiendo en vulnerables para personas inescrupulosas. Está claro que existe seguridad en la red, pero también está el más astuto que se aprovecha de nuestros datos, somos presa fácil, lo que sucede es que no profundizamos y seguimos la corriente.
Es un mundo fabuloso y justamente allí es donde radica el arma de doble filo, el encantamiento envolvente de la tecnología, porque al final nos estamos dejando la vida en el ciber espacio, estamos autorizando, a que nuestros datos, contraseñas, direcciones queden guardadas en páginas y aplicaciones, etc, y desde ese punto de vista, nos estamos convirtiendo en vulnerables para personas inescrupulosas. Está claro que existe seguridad en la red, pero también está el más astuto que se aprovecha de nuestros datos, somos presa fácil, lo que sucede es que no profundizamos y seguimos la corriente.
Es evidente que la tecnología móvil e informática
es de gran ayuda, nos saca de apuros y nos facilita la vida, irremediablemente
es así. Lo que no podemos permitir, es que nos convierta en zombis, en seres
extraños y ajenos a la vida, a nuestra familia y entorno más próximo, porque al
final de toda esta historia, nos estamos perdiendo en un mundo de códigos
invisibles, diseñado por grandes cerebros y empresas, porque cada día se
inventará cualquier aplicación, programa, móvil u ordenador mejor y más
inteligente que el que poseemos, y seremos presa fácil del deseo, y haremos lo que sea
por estar a la última, en lo que a tecnología se refiere, porque el vasto
universo del consumismo tecnológico no se detiene.
El mundo es vida, no lo olvidemos, no puede existir en este tema los excesos, más bien un equilibrio permanente, porque necesitamos de la tecnología móvil e informática, pero también al mismo tiempo, despegarnos de su envolvente universo.
El mundo es vida, no lo olvidemos, no puede existir en este tema los excesos, más bien un equilibrio permanente, porque necesitamos de la tecnología móvil e informática, pero también al mismo tiempo, despegarnos de su envolvente universo.
